Cómo «Olvido» se convirtió en «Restos»

Al comienzo del “Ciclo Alfonsina y yo”, confesé a mis amables lectores el origen de mi fascinación por esta gran poetisa. Así fue como, leyendo una biografía sobre ella cuando me encontraba en Buenos Aires, decidí ir a conocer su tumba. Y allí ocurrió el inicio de una aventura maravillosa: la de tomar el shockeante poema Olvido, y a Lidia Rosa -su protagonista-, como esencia de lo que sería mi novela Restos.

Lo demás fue escribir desaforadamente, en cafés o en cualquier mesa donde pudiera apoyar mi bloc borrador y hacer correr la birome, durante unos cuantos días. ¡¡Sííí!! La escribí a mano y, oportunamente, me la pasó a máquina mi querida amiga Peluza Garrido. Al volver a Salta, la dejé dormir -como acostumbro- poco más de dos años, hasta que la finalicé en enero de 1997 y la presenté en mi ciudad en julio de ese año.

Ya jubilada, tuve tiempo para mirar un poco mis novelas publicadas y me pareció interesante ofrecer ésta de nuevo al público… ¡27 años más tarde! Porque la vida y los principios evolucionaron, sin duda, pero las personas seguimos siendo presas de nuestros sentimientos, incomprensiones y búsquedas permanentes. Quiero decir que el texto no pasó de moda.

A continuación, disfruten de (¿o sufran?), Olvido, publicado en 1925 en su magnífico libro Ocre.

Olvido

Lidia Rosa: hoy es martes y hace frío. En tu casa,  
de piedra gris, tú duermes tu sueño en un costado  
de la ciudad. ¿Aún guardas tu pecho enamorado,  
ya que de amor moriste? Te diré lo que pasa: 

el hombre que adorabas, de grises ojos crueles,  
en la tarde de otoño fuma su cigarrillo.  
Detrás de los cristales mira el cielo amarillo 
y la calle en que vuelan desteñidos papeles. 

Toma un libro, se acerca a la apagada estufa,  
en el tomacorriente al sentarse la enchufa
y sólo se oye un ruido de papel desgarrado. 

Las cinco. Tú caías a esta hora en su pecho,
y acaso te recuerda... Pero su blando lecho
ya tiene el hueco tibio de otro cuerpo rosado.

Alfonsina Storni, Ocre, 1925