Cuando en febrero de 2003 una reconocida actriz salteña me pidió que escribiera una obra de teatro teniendo como protagonista a Eva, le contesté que no tenía idea de cómo hacerlo y que el teatro no era lo mío. Como a ella esto no le interesó y yo soy una pisciana de sí fácil, y además me pidió que la obra fuera para ayer, se la entregué escrita el 26 de febrero.

Pasó el tiempo y, como no me llamaba, le pregunté por Fruto Prohibido. Deduje, de su respuesta, que no le había gustado; también me dijo que era una obra muy larga. Antes de seguir, aclaro que no me pagó por ella, el trato había sido sin pago, obviamente: en Salta, se supone que los escritores trabajamos gratis.
La obra quedó abandonada hasta el año pasado y, como odio dejar círculos sin cerrar, la sometí a la generosa lectura de Mónica Rivelli, premiada autora de teatro, a la de Sonia María Diez Gómez, escritora, y a la de María Luisa Dellatorre, profesora e investigadora en Letras.
Mónica, la especialista, me dijo que estaba bien escrita pero le faltaba acción, dinamismo: la encontró muy plana. Espero no equivocarme, pero su comentario fue verbal y escribo lo que recuerdo.
Sonia María y María Luisa me respondieron por escrito, y reproduzco aquí sus comentarios.
“Breve reseña de Fruto prohibido, de Violeta Herrero
Leer esta obra teatral de Violeta es un viaje sorprendente hacia el pasado y también el presente, en donde la Mujer es la protagonista. Como toda su genial escritura, su sapiencia nos magnetiza, ya que incursiona con maestría en una gran gama de discursos sociales: literarios, religiosos, filosóficos, antropológicos, entre otros.
El personaje central es Eva, quien se enfrenta a su público para contar la verdadera historia del Génesis. La técnica del monólogo da comienzo a la obra, en cuya escenografía se destaca la manzana: es “el fruto prohibido” que actúa como símbolo y proporciona el título.
Se trata de una Eva viejita que dialoga con diversas mujeres de épocas también distintas, con un exquisito estilo literario, pleno de conocimiento, pero a la vez, con picardía, gracia y por qué no, ironía. Este recurso se manifiesta cuando ella se refiere al hombre como “un mal necesario”, por ejemplo. O al decir: “Tienen auto nuevo y cambian vestuario cada temporada.”
Los tiempos y los espacios están entrelazados entre la Antigüedad, la Modernidad y Posmodernidad. A veces con su voz en off, se manifiesta Diosa, la creadora femenina del universo, cuyo papel sería equivalente al coro en la tragedia griega.
En diacronía, la primera mujer de la Creación va contando la historia de las mujeres, siempre defendiendo su género y valorándola. Así, expresa: “Aprendí que hay que tener valor para tener sabiduría”. Esto bien lo sabe la autora, ya que sus numerosos estudios en las disciplinas especialmente humanísticas, la convierten en una mujer de conocimiento.
La protagonista nombra y cita a los grandes clásicos de la literatura universal que se refieren al tópico femenino: Rubén Darío, Juana de Ibarbourou, Shakespeare, García Lorca, Sófocles, Miguel de Unamuno, Ibsen, Alfonsina Storni, Sor Juana, estas dos últimas con sus interesantes versos feministas; Penélope de La Odisea, también está presente. Se visualizan personajes muy conocidos que son transmutación de la misma Eva, como Yerma y Antígona; en muchas ocasiones se expresa a través de preguntas retóricas. La autora da cuenta, en esta galería de mujeres paradigmáticas, de su amplia competencia literaria.
El pasado y el presente, están plasmados en una dicotomía que a veces nos mueve a la risa cuando de pronto, luego de un monólogo de un personaje de la Antigüedad, aparece la mujer moderna con su celular y las llaves del auto comentando la pasión de los hombres por el fútbol. Los temas del dinero, la infidelidad, la maternidad, los quehaceres de la casa, se manifiestan en la obra de un modo magistral, a veces en un estilo coloquial y divertido, otras, con un estilo culto y latinizante, como expresábamos.
Esta obra de Violeta es elevada, no es una simple obra de teatro, sino que ahonda en las emociones más íntimas, interpelando a las mujeres desde Eva para hacernos pensar en nuestro rol femenino.
En conclusión, Violeta Herrero nos muestra a las mujeres de carne y hueso (a través de personajes literarios muchas veces) con sus alegrías y penas, con su realidad buena o mala, pero siempre con admiración. Una obra valiosa y digna de ser representada.
Sonia M. Diez Gómez, febrero de 2024«
En un mail del 31 de enero de 2024, María Luisa Dellatorre me respondió:
“Hola Viole, me enganchó tu obra sobre Eva y el fruto prohibido !! está fantástica, me imaginé todo (me gusta leer teatro). Me gustó especialmente por 3 cuestiones: una es la mixtura de temas profundos, filosóficos, con el humor y forma coloquial de Eva. Es una obra feminista pero no fanática en contra de los hombres, sino a favor de las mujeres, y lo que me encantó sobre todo es que presenta intertextos con claras referencias a las y los grandes poetas.
Ojalá que se pueda llevar al escenario ya que están las didascalias correctas para hacerlo y con la suficiente libertad para el director, obra dramática dinámica que te hace reír y reflexionar al mismo tiempo. Me decías que puedes subirla a tu página… adelante amiga!! Felicitaciones!!
Besito”
Como puede observarse, fueron dos miradas de gente dedicada al teatro, y dos miradas de escritoras aunque no especialistas… Me interesa la diferencia entre esas dos miradas. Por su parte, alguien me sugirió que Fruto Prohibido se puede tomar como teatro para leer. Linda idea, siempre he leído teatro, me fascina.
Así, para cerrar este extraño círculo, he decidido subirlo a mi website como descargable gratuito. Es posible que alguien pueda disfrutar, finalmente, de este fruto prohibido y maltratado.
HAZ CLIC EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR
Saludos.
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