“… [Y] ahora sus ojos deberían volverse sobre el sur, sobre aquella Salta que tenía el raro destino de recibir los ejércitos deshechos y de reanimarlos y reforzarlos en su seno para que dieran otra vez el pecho al enemigo.”

(Frías, Bernardo, “Historia del Gral. Martín Güemes y de la Provincia de Salta o sea de la independencia argentina” T II, págs. 351/352)

Martín Miguel de Güemes nació en la ciudad de Salta, Argentina, hijo de Gabriel de Güemes Montero y de María Magdalena Goyechea y la Corte. Hasta 1971 se discutió la fecha de nacimiento: ¿7 u 8 de febrero de 1785?

Respecto del lugar, algunas voces quisieron desplazarlo hacia El Bordo, a 54 kilómetros de la ciudad de Salta. Sin embargo, ése es un tema superado: existe acuerdo entre las instituciones históricas salteñas en considerar que se produjo en el antiguo solar de la actual calle Balcarce N° 51 (antes, calle de la Amargura), acuerdo que se basa en un minucioso estudio del historiador salteño Atilio Cornejo. Éste abordó una investigación rigurosa que lo llevó, por años, a visitar bibliotecas y archivos de toda clase, y a analizar mapas, planos, folios reales, libros contables, juicios sucesorios de las principales familias salteñas que ocupaban la ahora zona céntrica, escrituras de todo tipo y cuanto papel relacionado cayera en sus manos, amén de la normativa jurídica vigente en aquella época. Así llegó a la conclusión de que el inmueble sito en Balcarce 51 fue la casa natal del general.

En efecto, por aquellos años, el padre del héroe, don Gabriel de Güemes Montero, se desempeñaba como Ministro Tesorero de Real Hacienda, siéndole obligación legal residir con su familia en el mismo inmueble donde estuviera asentada la Real Tesorería: en 1785 dicha oficina se hallaba en el mencionado predio de la actual calle Balcarce. Dicha indagación puede leerse en el capítulo ‘La casa paterna’, segundo de la “Historia de Güemes”, de Atilio Cornejo.

El historiador en cita había propuesto como fecha de nacimiento el día 7 de febrero, considerando los términos del acta bautismal, según la cual el 9 de febrero de 1785 fue bautizado Martín Miguel Juan de Mata Güemes, “criatura nacida de dos días”, en la Iglesia Catedral. Don Atilio, abogado como era, tomó tal declaración como si el pequeño hubiera venido al mundo el día 7: para ello aplicó las reglas del Código Civil sobre el modo de contar los plazos en Derecho. Otros autores, considerando el nombre ‘Juan de Mata’, que también se le impuso por el santo cuya celebración correspondía al 8 de febrero, afirmaron que ésta era la fecha correcta. El historiador Luis Oscar Colmenares, en su obra de 1998, “Martín Güemes, el héroe mártir”, recuerda que los descendientes del prócer siempre tuvieron como día verdadero el 8 de febrero (página 17). El debate culminó con la decisión del Instituto Güemesiano, que fijó la fecha de nacimiento en el día 8. Por si les interesa, jamás dudé de que hubiera nacido ese día. ¡Pura intuición!

Historia de Güemes

Atilio Cornejo

Editor: Espasa-Calpe, Argentina, 1946

Martín Güemes, el héroe mártir

Luis Oscar Colmenares

Ediciones Argentina Ciudad Argentina, Argentina, 1946

DE MI BIBLIOTECA PERSONAL

Estamos, entonces, muy cerca del bicentésimo trigésimo noveno cumpleaños del prócer argentino y americano. Y me siento feliz de celebrar, nuevamente, la llegada al mundo de semejante ser. Transcribo la penúltima estrofa de mi poema Eran seis mil seiscientos diez valientes, publicado en “Hacedores de la Patria Grande-Antología”, Ed. Juana Manuela, Salta (Argentina), 2021:

“Hace falta que nazcan nuevos Güemes,
y otro pueblo de gauchas y de gauchos
que en la entraña del tiempo reconstruyan
cien cimientos más firmes y más fuertes.”

En estos solos versos queda expuesto mi sentipensar sobre nuestro amado General Gaucho. El poema completo se halla, si quieren verlo, en la entrada a este blog, del 15 de junio de 2023.

Y en el texto que cito a continuación, introducción a los dos primeros libros que escribí sobre él, aquel se refuerza:

“INTRODUCCIÓN

Ésta es una historia de amor. No la historia de amor de una pareja, sino una para todos los habitantes de la tierra latinoamericana. Es la historia de un hombre que, como tal, tuvo errores, aunque fueron más sus cualidades. Que fue, por sobre todo, un varón de palabra y convicciones, en quien era posible el depósito de la confianza. Un hombre lleno de compromiso, porque le sobraba el coraje aun cuando las situaciones que el curso de la historia le planteó, metieran miedo. Un señalado por Dios, un elegido. Martín Miguel de Güemes.”

En esta evocación resultaría extraño soslayar a Doña Magdalena, su madre. Por el contrario, como humanos que somos, alimenta nuestro espíritu la sola imagen de aquella mamá con su niñito en brazos, de una ternura que seguramente debió trocarse en dolor desgarrante al verlo morir por el sueño más grande que la humanidad ha tenido: la libertad.